sábado, 25 de enero de 2014

El brillo de la decepción.

- Tienes ese brillo en los ojos.
- ¿Qué brillo?
-Ese brillo que indica que por mucho que te esfuerces por sonreir, por dentro llueve a cántaros.



No me reconozco en las fotos. Y evito mirarme en los espejos, hace tiempo que ya no me dejan verme. 
En mi cabeza las imagenes vuelan y se convierten en borrones: lugares, personas, yo... Porque al fin y al cabo ese debe de ser mi defecto, ser egoísta, pensar solamente en YO. Pensar que no agrado a nadie, no dirigirles la palabra y pensar que no me valoran. Pero cómo me van a valorar si yo no lo hago con ellos tampoco. (Si yo tampoco lo hago conmigo)

La balanza está desequilibrada o quizás nunca existió tal balanza. 

Me acurruco entre almohadones rellenos de esperanzas, sueños, deseos, anhelos... De cosas bonitas. La fina tela las separa de mí, pero puedo acariciarlas tocándolas con las yemas de mis dedos, soñando con ellas. Y mientras exista esa tela, jamás las tocaré de verdad. Siempre será una ilusión, un querer y no poder. Y por más que intento desquebrajar la tela, más gruesa se hace ella y más alejada siento todo.


Hablo como siempre de sueños que se alejan, de esperanzas que se rompen, de burbujas de ilusiones que explotan. Hablo como siempre de YO.


Si mi reflejo rompe el espejo... ¿Tendré 7 años de mala suerte o con ser yo es suficiente?

viernes, 24 de enero de 2014

¿Duele?

-¿Duele? 

 -Bueno, cada vez menos... Supongo
 


Pero mientes. Duele, ¡claro que duele! Y el sabor amargo no se pasa porque no hay dulces que lo contrarestren.
Y decides esperar, por si el tiempo acaba disolviendo por completo aquel humo de recuerdos. Por si estuvistes equivocada y la película cobra vida.
Pero los torbellinos vuelven con más fuerza que antes, por si decidiste conservar algún resquicio de esperanza. 
 
Las luces se apagan y el corazón se cansa de latir.
 
Porque cada latido duele, pesa. Retumba por todo mi cuerpo y se clava en mi alma. Haciendo más pesada la vida. Haciendome más pequeña todavía.
 
Las fantasías infantiles parecen tan inocentes... Pero resultaron ser las más peligrosas y las que me están quemando el alma.
 
 
 
 
 
Y yo seguiré con mi condena eterna. Escuchando aquella melodía que jamás será escuchada, cuya letra jamás será escrita.
 
Así seguiré. Añorando los recuerdos que nunca han sido pero que habrían sido bonitos.

sábado, 4 de enero de 2014

Renaciendo


Volví con más fuerza que nunca.
Resurgí de mis cenizas, cual ave Fénix.


Quizás sea que hoy es un buen día para comenzar de cero. Para gritarle al aire y que nadie escuche; solo mi alma, es la que importa.

Hoy es el día apropiado para quemar todas aquellas promesas rotas que no voy a arreglar, porque no quiero cumplir, porque aquellas promesas no se corresponde a lo que soy yo hoy, a lo que puedo ofrecer.

Porque todo cambia y yo no soy diferente.

En el fuego me quemé con todos los recuerdos, con todos los miedos, con mis virtudes y mis defectos. Me quemé hasta quedarme en cenizas. Después renací, como el ave Fénix.

Porque siempre es buen momento para empezar, para comenzar de cero... independientemente de la edad, de la situación...
Porque solo necesitaba un empuje.
Porque todo está en mí, y en nadie mas.


Llega el tiempo de cambio. De darle vida a mis SUEÑOS.